lunes, 21 de febrero de 2011

Armonizando nuestro hogar

Cuando comenzamos a decorar nuestro hogar, siempre buscamos crear espacios cálidos y acogedores, pero en ocasiones no tenemos en cuenta como la disposición de los muebles o la propia decoración puede afectar a nuestro día a día.

El Feng Shui es el antiguo arte chino de crear ambientes armoniosos, que nos permitan sentirnos más a gusto en nuestra casa. La decoración que sigue las reglas del Feng Shui busca alcanzar el equilibrio y la armonía, distribuyendo la energía a través de la combinación de colores o la disposición de los muebles.

Estos son algunos consejos para equilibrar las estancias de nuestro hogar.

Lo primero que se deberá tener en cuenta es la orientación del inmueble. A partir de ésta los muebles se dispondrán de una forma u otra.

El ambiente de entrada a la vivienda deberá ser luminoso, y en ningún momento los muebles deberán obstaculizar dicha entrada. Además, las paredes se pintarán con colores claros y cálidos.

Uno de los espacios en los que más se debe cuidar la decoración es el dormitorio: el lugar del descanso. La cama debe gobernar la habitación. Todo tiene que disponerse en torno a ella, guardando las proporciones y distancias justas. Ni la cabecera ni los pies deben quedar frente a la puerta. Por otra parte, los elementos vinculados con el trabajo y la actividad, quedarían fuera de la habitación. El dormitorio no es un espacio de trabajo si no de descanso. Si lo transformamos en un cuarto de actividad diaria, nuestro organismo podría sufrir trastornos del sueño. Además, el cuarto debe estar ordenado, ya que la falta de limpieza no es compatible con el Feng shui. Según esta teoría milenaria, tampoco deberán haber en el dormitorio pinturas o cuadros que se relacionen con el agua, ya que pueden atraer enfermedades vinculadas al aparato respiratorio.

Por otro lado, es mucho más aconsejable optar por armarios de bordes redondeados, al igual que evitar colocar muebles demasiado altos cerca de la cama.

Respecto a la cocina, los chinos recomiendan la gama de colores de los amarillos pálidos y ocres, colores que favorecen la impresión de comodidad y limpieza.

En cuanto al salón, éste es un lugar activo, por ello los colores en las paredes pueden ser más vivos. La regla general sería evitar paredes completamente blancas o negras y crear una mezcla con verdes, azules, rojizos, blancos rotos usando para ello el conjunto de los muebles y elementos decorativos.

En el Feng Shui es importante que nada destaque excesivamente, sino crear una atmósfera armónica.

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